Los brasileños son resultado de una gran mezcla de razas, principalmente europeos (portugueses, italianos, españoles y alemanes), africanos e indígenas, con una minoría de descendencia asiática (japoneses) y árabe (libaneses y sirios). Así, la mayoría de la población brasileña es blanca (49%), seguida de cerca por los mulatos (43%), hay una minoría de negros (7%) y el resto son asiáticos, indígenas y otras razas.
La población brasileña se concentra, mayoritariamente, en el litoral, por razones históricas, y en las regiones metropolitanas, por razones sociales y económicas. La región más poblada es la Sudeste (São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro) con 73,4 h/km². La región Norte tiene una densidad de 3,0 h/km², y zonas en las que no se llega a 1 h/km². Todo ello a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho para poblar el interior del país, cuyo máximo exponente fue la creación de una nueva capital en el interior: Brasilia.
Brasil es un país muy urbanizado. Más del 78% de la población vive en ciudades. Brasil cuenta con dos grandes conurbaciones, en torno a las cuales se concentra gran número de población:
- La Región Metropolitana de São Paulo, que cuenta con más de 20,5 millones de habitantes en una superficie de 8.051 km². Es la megalópolis más grande América Latina, junto con México D.F.
- La Región Metropolitana de Río de Janeiro, que cuenta con 11,6 millones de habitantes.
Brasil ha sido, durante la mayor parte de sus historia un país de inmigrantes. Aparte de los portugueses que llegan en la época de la colonia, la inmigración se dispara a partir del siglo XIX cuando João VI promulga una ley que permitía la posesión de tierras a los extranjeros (1808). Entre estos inmigrantes predominaron alemanes, austriacos, húngaros, eslavos, españoles, italianos, japoneses, sirios, libaneses y suizos. La oleada migratoria se mantiene a lo largo de casi todo el siglo XX, incluso en las décadas de 1930 y 1970, cuando otros países toman medidas antiinmigratorias, debido a la crisis económica internacional. A partir de la década de 1980 la crisis económica invierte este flujo y millares de personas emigran a Europa, Estados Unidos y Japón en busca de mejores condiciones de vida.
El idioma oficial es el portugués, que lo habla toda la población. Las minorías indígenas también hablan sus idiomas de origen. Los inmigrantes hablan sus idiomas de origen: español, que también se habla mayoritariamente en las fronteras terrestres, alemán, italiano, japonés y coreano.
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